martes, 8 de marzo de 2016

El Chico Que Se Escabulle Por La Ventana De Mi Habitacion |Version Leonetta| CAPITULO 1

Me sente en la encimera de la cocina, observando a mi mama hacer pasta al horno; ella estaba entrando ligeramente en panico y seguia mirando el reloj a cada minuto. Sabia porque lo hacia, mipapa debia estar en casa en exactamente 16 minutos y a el le gustaba que la cena estuviera en la mesa tan pronto el entrara.
Fede se acerco, jugando con sus figuras del Hombre Araña
-Mama, ¿puedo ir a jugar a casa de Leon? -pregunto, lanzandole una mirada de cachorrito.
Ella miro el reloj de nuevo y sacudio la cabeza rapidamente.
-No ahora, Fede. La cena no tardara y necesitamos comer como familia. -Se estremecio ligeramente misntras hablaba.
La cara de Fede cayo, pero asintio y vino a sentarse a mi lado. Inmediatamente le arrebate el hombrecito de sus manos y me rei cuando jadeo y lo arrebato de vuelta, sonriendo y poniendo los ojos en blanco de vuelta hacia mi. El era un chico lindo, con cabello y ojos grises con motas marrones en ellos. Era mi hermano mayor, y como los hermanos mayores, era el mejor. Siempre me cuidaba en casa y en la escuela, se aseguraba de que nadie me molestara. El unico que tenia permitido molestarme, segun su opinion, era el, y en una menor medida su amigo Leon, que resulta que vivia en la casa de al lado.
-Entonces, Violetta ¿necesitas ayuda con tus tareas? -pregunto el, codeandome. Fede tenia diez, y era dos años mayor que yo, asi que simpre me ayudaba con el trabajo de la escuela.
-Nop. No tengo tarea. -Sonrei, balanceando mis piernas mientras colgaban de la encimera.
-Bien, niños, pongan la mesa por mi. Ya saben como. Exactamente bien, ¿de acuerdo? -pidio mama, rociando queso sobre la pasta y poniendola en el horno.
Fede y yo nos bajamos de la encimera y agarramos las cosas, dirigiendonos a la sala comedor. Mi papa era super particular sobre todo, si todo no estaba exactamente bien, se enojaba y nadie queria eso. Mi mama siempre decia que mi papa tenia un trabajo estresante. Siempre se enojada con facilidad si haciamos algo mal. Si haz escuchado ese dicho: "Los niños deberian ser vistos y no oidos", bueno, mi papa llevaba eso a otro extremo. En su lugar, le gustaba:"Los niños no deberian ser vistos ni oidos". A las cinco treinta llegaba a casa todos los dias, comia la cena de inmediato, y luego Fede y yo eramos enviados a nuestras habitaciones, en donde jugabamos en silencio hasta las siete y treinta que teniamos que ir a la cama.
Odiaba esta hora del dia. Todo estaba bien hasta que el llegaba a casa, y luego todos cambiabamos. Fede siempre se quedaba en silencio y no sonreia. Mi mama tenia esa mirada en su cara, como de miedo o preocupacion, y empezaba a correr de aqui para alla y a ahuecar los cojines sobre el sofa. Yo siempre me quedaba alli y deseaba silenciosamente poder esconderme en mi habitacion y nunca salir.
Fede y yo pusimos la mesa y luego nos sentamos en silencio, esperando qe el clic de la puerta indicara que el estaba en casa. Podia sentir mi estomago revolotendo, mi manos empezando a sudar mientras en mi cabeza rezaba por que el hubiera tenido un buen dia y estubiera normal esta noche. Algunas veces estaba de un humor realmente bueno y me besaba y abrazaba. Me decia la niñita tan especial que era, y lo mucho que me queria. Eso sucedia normalmente los domingos. Mi mama y Fede iban a la practica de hockey y me quedaba en casa con mi padre. Aquellos domingos eran los peores, pero no le dije jamas a nadie de esos dias, y lo mucho que me tocaba y me decia lo bonita que era. Odiaba esos dias, y deseaba que los fines de semana nunca llegaran. Preferia mucho mas que fuera un dia de escuela y solo lo veiamos para la hora de la cena. Definitivamente preferia cuando me miraba con ojos enojados, que cuando me mira con ojos suaves. No me gusta en absoluto, me haciua sentir incomoda, siempre hacia que me temblaran las manos. Afortunadamente, sin embargo, hoy apenas era lunes, asi que tenia casi una semana antes de que tuviera que preocuparme por eo de nuevo. Un par de minutos despues, el entro. Fede me lanzo una mirada que decia que me comportara y sostuvo mi mano bajo la mesa. Mi padre tenia cabello rubio, de mismo color que el de Fede. Tenia ojos marrones, y siempre tenia el ceño cruncido.
-Hola, niños -dijo en su ruidosa y profunda voz. Un estremecimiento se deslizo por mi columna cuando hablo. Puso su maletin a un lado y tomo asiento en la cabeza de la mesa. Intente no mostrar ninguna reaccion; de hecho, intente no moverme para nada. Simpre parecia que era yo la que metia a todos en problemas o hacia algo mal. Siempre parecia qeu era la que empeoraba las cosas para todos. No solia ser asi, solia ser la niñita de papa, pero desde que empezo au trabajo, hace tres años, cambio. Nuestra relacion con el cambio por completo. El todavia me favorecia por encima de Fede, pero cuando venia del trabajo, era como si quisiera pretender que Fede y yo no estabamos alli. La forma en la que miraba a Fede algunas veces era como si estuviera deseando que no existiera, hacia que me doliera el estomago verlo mirar a mi hermano de esa forma.
-Hola, papa -repondimos ambos al unisono. Justo entonces, mi mama vino cargando la pasta y un plato de pan de ajo.
-Esto se ve bien, Maria -dijo el, dandole una sonrisa. Todos empezamos a comer en silencio e intente no moverme incomodamente en mi lugar.- Entonces, ¿como estuvo la escuela, Fede? -le pregunto a mi hermano.
Fede levanto la vista nerviosamente.
-Estuvo bien, gracias. Intente entrar al equipo de hockey sobre hielo, Leon y yo... -empezo a decir, pero mi papa asintio, sin escuchar
-Eso es genial, hijo interrumpio el-. ¿Que hay de ti Violetta?- Pregunto, volviendo su mirada hacia mi.
¡Oh Dios! De acuerdo, se cortes, no divagues.
-Bien, gracias -respondi calladamente.
-¡Habla mas alto, niña! -grito.
Me estremeci con su tono, preguntandome si iba a pegarme, o quiza me enviaria a la cama sin cenar
-Estuvo bien, gracias -repeti un poco mas fuerte.
El fruncio el ceño y luego se volvio hacia mi mama, que estaba estrujandose las manos nerviosamenete.
-Entonces, Maria, ¿que has estado haciendo hoy? -pregunto, comiendo su cena. 
-Bueno, fui al supermercado y consegui ese shampoo que te gusta, y luego planche un poco -respondio mi mama rapidamente. Sonaba como una respuesta preparada, siempre hacia eso, tenia sus respuetas listas de modo que no fuera a decir nada inapropiado que lo hiciera enojar.
Extendi la mano por mi bebida, pero no estaba observando aprpiadamente y la volque, derramando el contenido sobre la mesa. Los ojos de todos volaron hacia mi padre, que se levanto de un salto de su silla.
-¡Mierda! ¡Violetta, estupida pequeña perra! -gruño, agarrandome del brazo y levantandome bruscamente de la mesa. De repente mi espalda golpeo la pared, el dolor me atraveso y mordi mi labio para dejar de llorar. Llorar lo empeoraba todo, el odiaba que llorara, decia que solo los debiles lloraban. Lo vi apartar su mano; iba a golpearme. Sostuve el aliento esperando el golpe, sabiendo que no habia nada que pudiera hacer mas que soportarlo, igual que siempre.
Mi hermano se levanto de un salto de su silla y se abalanzo sobre mi, envolviendo con fuerza sus brazos a mi alrededor, cubriendome. La sufa estaba hacia mi padre mientras me protegia.
-¡Sueltala Fede! ¡Necesita aprender a ser mas cuidadosa! -grito mi padre, agarrando a Fede de su ropa y lanzandolo al piso. Me abofeteo, enviandome al piso, luego se volvio hacia Fede y lo pateo en la pierna, haciendolo gemir.- ¡No te metas en mi camino de nuevo, pequeño pedao de mierda! -le grito a Fede mintras estaba acurrucado en una bola en el piso.
Lagrimas silenciosas caian por mi cara, no podia soportar ver herido a mi hermano; el solo estaba intentando protegerme. Fede siempre hacia eso.
Cuando me metia en problemas, el provocaba a mi padre de modo que la tomara contra el en su lugar.
Mi padre levanto su plato y su bebida, camino a zancadas hacia la sala para terminar su comida, murmurando algo sobre nosotros sindo "los peores niños del mundo" y "como infiernos se pudo quedar atrapado en esta vida".
Me arrastre hasta mi hermano y envolvi mis brazos alrededor suyo con fuerza, aferrandome a el como si mi vida dependiera de ello. El gimio y se levanto para sentarse, abrazandome de vuelta, frotando su mano por mi mejilla punzante.
-Lo siento, Fede. Lo siento. -murmure en voz baja, llorando sobre su hombro. 
El nego con la cabeza.
-Esta bien, Violetta. No es tu culpa -dijo con voz ronca, me dio una pequeña sonrisa y tratando de ponerse de pie, gimiendo. Me puse de pie con un salto y le ayude a levantarse. Podia oir movimiento asi que levante la mirada para ver que mi madre estaba limpiando la mesa freneticamente.
-Lleven sus cenas a sus cuartos y coman, ¿bien? -ordeno, besandonos a los dos en la mejilla. Ella tenia que ir donde mi padre y hacer control de daños, el estaria de mal humor por mi error y ella tendria que calmarlo antes de que pasase algo mas.- Los vere a la mañana. Los quiero a los dos y porafavor pase lo que pasa quedense en sus habitaciones -ordeno, besandonos rapidamente otra vez y entregandonos nuestras cenas a medio comer, antes de empujarnos hacia el vestibuo trasero.
Teniamos una buena casa, cuatro dormitorios y todo estaba en un nivel. Mi padre ganaba un buen dinero por lo que viviamos en una zona bonita, pero preferiria que la casa fuera mas pequeña asi no tendria que trabajar en ese empleo. Puede que entonces fuera como el viejo papa, llevandonos al parque y comprandonos juguetes y dulces. Fede vino a mi habitacion y comimos en silencio, sentados en el suelo cerca de mi cama. Tomo mi mano con fuerza cuando oimos a mi padre gritar a mi madre desde el salon, algo se rompio, y me estremeci. Esto era totalmente mi culpa.
Empeze a sollozar asi que Fede envolvio su brazo alrededor de mi hombro, apretando suavemente. El siempre parecia mucho mayor que yo; era mucho mas maduro que yo.
-Esta bien. Todo esta bien, Violetta. No te preocupes -susurro, acariciandome el pelo. Una vez que me calme, y los gritos habian cesado, jugamos a las cartas por un rato. Cuando estabamos por la mitad del juego, escuchamos pisadas fuertes viniendo por el vestibulo. Fede se puso rigido cuando los pasos  pasaron por mi puerta. No se detuvieron sin embargo, gracias a Dios. Deje escapar el alieno que no em di cuenta que estaba aguantando y mire a Fede, quien esbozo una pequeña sonrisa.
-Mejor me voy a mi habitacion, son pasadas las siete -dijo mirando a mi despertador. -Cierra con llave la puerta. Te vere en la mañana. -dijo con un guiño de ojo. Salio de la habitacion y lo observe arrastrarse por el pasillo hasta su habitacion, se volvio hacia mi.- Cierra con llave tu puerta, Violetta- susurro, esperando ahi, observandome.
Crre la puerta con llave rapidamente como me dijo. Poniendo mi oreja en la madera, escuche para aseguararme de que Fede hicier lo mismo con la suya. Volvi corriendo a mi cama y me tire sobre ella, llorando silenciosamente. No podia parar, estaba sollozando y sollozando. ¡Habia sido estupida esta noche e hice que hiriera a mi hermano otra vez! Y probablemente a mi madre tambien, por el sonido de los ruidos en el salon.
De repente, se produjo un razguño, un ruido golpeando en mi ventana. Abri mis ojos de golpe para ver a Leon afuera, mirandome con tristeza. Me levante y corri hacia mi ventana la abri y la deslice hacia arriba silenciosamente preguntandome que demonios estaba haciendo aqui. ¿No deberia estar en su casa?
-¿Leon, que estas haciendo aqui? ¡Tienes que irte, ahora! -le grite susurrando, sacudiendo mi cabeza con fuerza. Pero el chico estupido, solo trepo a mi habitacion y entro por la ventana, cerrandola silenciosamente tras el.
Contuve la respiracion, mirando a mi puerta con los ojos muy abiertos. Si mi padre lo atrapaba aqui se iba a volver loco, no le gustaba que Leon viniera y jugara en nuestra casa, siempre decia que era muy ruidoso.
-¡Leon, sal! -susurre, desesperadamente intentando empujarlo devuelta hacia la ventana. Me estremeci, preguntandome que haria mi oadre si hubiera escuchado la ventana abrirse y supiera que Leon, estaba aqui. Leon no se movio; simplemente envolvio sus brazos alrededor mio con fuerza y me atrajo a su pecho. Trate de empujarlo, pero el me sostuvo con mas fuerza.
-Esta bien -susurro, acariciando mi pelo. Empeze a llorar otra vez en su pecho; pensamientos de Fede siendo herido antes inundaron mi cabeza.
Leon era alto para su edad; tenia 10 años, igual que Fede. Ellos eran mejores amigos, y lo habian sido desde que nos mudamos hace cuatro años. Tenia el pelo castaño rubio, el cual normalmente ponia en punta con demasiado gel, y ojos mieles claros que eran como ventanas a su alma. Cuando Leon te miraba te hacia sentir como si pudieras volar. Era muy lindo; todas mis amigas estaban coladas por el por alguna razon. Leon y yo, sin embargo, no nos llevabamos del todo bien. El se burlaba de mi todo el tiempo, me pone la zancadilla, me tira del pelo y tiene esta maldita costumbre de llamarme angel por alguna razon, me llamo asi desde el momento en el que me conocio y realmente me pone furiosa.
¿Que demonios estaba haciendo aqui ahora? ¿Y porque estaba abrazandome? Tal vez penso que esta era la habitacion de Fede, tal vez se acerco a la ventana equivocada -pero no podia estar en lo cierto, porque la habitacion de Fede estaba en la otra parte del vestibulo, daba al patio trasero-
Me eche  hacia atras para mirarlo. Por alguna razon el se veia tan triste; tenia lagrimas en sus ojos mientras se limitaba a seguir abrazandome. El sabia sobre mi padre, Fede habia sido cubeirto de moretones una vez y le solto la verdad a el. Fede y yo le rogamos que no dijera nada, sin embargo, nunca lo ha hecho.
-¿Que estas haciendo aqui, Leon? -susurre, limpiandome la cara, pero las lagrimas siguieron cayendo.
Me tiro sobre la cama, meciendome suavemente, igual que Fede hacia siempre cuando lloraba. Mire su pecho y me di cuenta que estaba usando shorts y camiseta e los Power Rangers. Frunci el ceño, un poco confundida en cuanpo ha porque tendria puesto eso, hacia mucho frio afuera. Entonces me di cuenta que estaba usando su pijama. Mire el reloj para darme cuanta que eran casi las ocho y media. Habia estado llorando por mas de una hora. 
-Te vi atraves de la ventana. Solo queria venir y asegurarme de que estas bien -susurro a su ves, todavia abrazandome con fuerza.
Volvi a mirar la ventana. La habitacion de Leon estaba directamente frente a la mia y podia ver en su habitacion, lo que significaba que el podia ver en la mia. Me mordi el labio, ho Dios me habia visto llorando, tengo que verme tan debil para el. Las unicas personas ante las cuales habia llorado eran mi madre y Fede.
-Estoy bien. Tienes que irte -susurre empujandolo otra vez, tratando de sacarlo de la cama.
Se limito a negar con su cabeza.
-No me voy hasta que dejes de llorar -declaro, tirandome hacia abajo de manera que ahora estabamos tumbados en mi cama, uno freante al otro. Tenia sus brazos envueltos alrededor mio tan fuerte  que nisiquiera podia retorcerme. Me senti segura y caliente. Me deslice aun mas cerca de el; presionando todo mi cuerpo con el suyo y solloze en su pecho.
Me desperte a la mañana, todavia fuertemente envelta en sus brazos; di un grito ahogado y mire al reloj 06:20 am.
-¡Leon! -susurre, sacudiendolo.
-Ahh, ¿que, mama? -pregunto con sus ojos cerrados.
-¡Shhh! -sisee, rapidamente cubriendo su boca antes de que hablase otra vez. No puedo creer que nos quedaramos dormidos, esto esta mal.
Sus ojos se abrieron de golpe y me miro, sorprendido, luego miro alrededor de mi habitacion.
-Ho no, ¿me quede dormido? -susurro, sentandose y pasandose la mano por su pelo, que estaba levantado por todas partes pero en realidad se veia mejor que cuando tenia ese asqueroso gel en el.
-Tienes que ir a casa, Leon. ¡Rapido! -sisee, empujandolo hacia la ventana. La abrio y empezo a bajar por ella, pero agarre su mano haciendo que se detuviera. Levanto la vista hacia mi con una expresion confundida en su cara.
-Gracias -susurre, sonriendole agradecidamente. Realmente necesitaba ese abrazo la otra noche, esa fue probablemente la cosa mas bonita que Leon alguna vez habia hecho por mi. El me devolvio la sonrisa.
-De nada, Angel -respondio, sonriendo y saliendo.
Vi como pasaba por el agujero en la valla y volvio a subir a su propia ventana. La cerro y me saludo, le devolvi el saludo y luego fui a vestirme. El pensamiento de Leon viniendo a escondidas aqui y estando en la casa sin permiso, hizo que mi estomago doliera. Tuvimos mucha suerte de no ser atrapados. Me aterraba pensar que hubiera sucedido si sus padres hubieran ido a su habitacion en la noche y vieran su cama vacia, o que hubiera pasado si no me hubiera despertado temprano. Me estremeci al pensar en lo que mi padre haria si hubiera entrado aqui para encontrar a Leon en la casa durante la noche.

El Chico Que Se Escabulle Por La Ventana De Mi Habitacio |Version Leonetta| PROLOGO

Violetta Castillo y su hermano mayor Federico, tienen un padre abusivo. Una noche, el mejor amigo de su hermano, Leon, la ve llorando y trepa por su ventana para confrontarla. Aquella accion desata una relacion de amor/odio que se extiende por los proximos ocho años.
Leon ahora es un seguro y coqueto jugador que nunca antes ha tenido una novia. Violetta todavia esta emocionalmente temerosa por el abuso que ha sufrido a manos de su padre. Juntos hacen una pareja improbable.
Su relacion siempre ha sido incierta, pero ¿que sucede cuando Violetta empieza a ver al mejor amigo de su hermano un poco diferente? ¿Y como su hermano, que siempre ha sido un poco sobreprotector, reaccionara cuando se de cuenta que el par se esta acercando mas?